Por lo general, los niños iban al colegio de su barrio, pero siempre había algunos padres que decidían llevar a sus hijos a otro colegio porque les daban mejor educación. En líneas generales, todos los colegios eran bastante parecidos. En todos había un director que decidía todo lo que se hacía en el centro, y siempre había unos pocos alumnos que tenían ordenador. Pero eran muy pocos los elegidos para manejarlos.
Cierto día, los padres de los niños del colegio María Inmaculada , empezaron a darse cuenta que el nivel de educación de sus hijos, había bajado mucho. Se percataron, que los chicos que manejaban los ordenadores, no los habían utilizado para estudiar. Casi siempre estaban jugando con ellos, y con esto hacían que otros chicos del colegio, que siempre hacían los deberes, se despistasen en los estudios. El director del colegio decidió tomar cartas en el asunto. Les quitó esos ordenadores ya viejos, y pidiéndole dinero a todos los alumnos del colegio, compró unos fantásticos ordenadores nuevos y se los dio a los mismos chicos, con la condición de que los empleasen bien. A los padres de todos los niños les dijo que esto lo hacía por el bien de todos los alumnos.
Viendo lo que había sucedido en el María Inmaculada, el señor Marrón del colegio San Jorge, vio que el nivel de sus alumnos también podía bajar. Tomó una decisión. Con dinero del colegio compró ordenadores. Para manejarlos designó a los mismos chicos que ya tenían ordenadores, y que aún así no habían logrado subir sus notas. El señor marrón les dijo a los padres de los alumnos algo parecido a lo que dijo Jorge Bustos: "Creemos que de esta forma, los chicos a los que les confiamos el uso de los ordenadores trabajarán por el bien común, ayudando al resto de los alumnos"
El señor Schumacher del colegio Santiago tenía que reaccionar para subir el nivel de sus alumnos. Compró nuevos ordenadores y se los entregó también a los alumnos que teniendo ordenador anteriormente no supieron manejarlos bien, y estaban haciendo bajar las notas de los alumnos del colegio. Hizo algo diferente a sus homólogos, ya que los ordenadores deberían pagárselos estos alumnos al colegio, al mismo tiempo que debían utilizarlos para ayudar a sus compañeros.
Tras tomar estas medidas, los colegios volvieron a tener alumnos con muy buenas notas. (O quizá no termine así la historia...)
Yo no entiendo mucho de economía, pero veo que en cualquier caso, los ordenadores siempre se los quedan los mismos. Quizá sea el momento de cambiar, y entregar los ordenadores a otros, o que los maneje la directiva del colegio
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